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Se llevan los garrafones de la calle. |
Los productores de leche en áreas rurales de La Chorrera son las nuevas víctimas de la fiebre del hierro. A varios le han sido robados los garrafones en donde se almacena el producto para ser llevados a la planta procesadora.
Esos garrafones son colocados a orilla de la carretera al ser devueltos por los vehículos que realizan el transporte en la madrugada, hacia la planta procesadora.
José Mendieta, quien se dedica a la actividad lechera en Amador, dijo que pidió al alcalde de La Chorrera, Luis Guerra, que adopte alguna medida legal en contra de quienes se dedican a vender y comprar hierro.
Según Mendieta, el robo de los garrafones de leche fue precedido por el hurto de las vigas de un puente tipo bailey, aprovechando que el MOP construía un nuevo paso vehicular.
El colmo ha sido el robo de tubos y materiales de las bombas de aguas instaladas en acueductos rurales, lo cual ha provocado la escasez del vital líquido en áreas como Cerro Cama.
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