La campaña política ha comenzado más temprano y más intensamente que nunca antes. La publicidad partidista y personalista está tomándose las vallas, los periódicos y medios televisivos y radiales. Por lo que resta de los próximos 16 meses, vamos a desayunar, almorzar y cenar propaganda política, nos guste o no nos guste.
Por un lado, dos candidatos del panameñismo están combatiendo por lograr la candidatura presidencial por ese partido. Por el otro, las figuras más prominentes del gobernante PRD ha inundado al país de mensajes en torno a la elección de delegados que se lleva a cabo hoy, primer paso hacia la escogencia de un candidato presidencial perredista.
Tal saturación de los mensajes políticos puede tener un efecto de boomerang para algunos de los aspirantes que ya se lanzaron al ruedo. Algunos de los que se lanzaron primero se están exponiendo a que el público en general comience a rechazarlos sólo por el hastío de tener que escucharlos y verlos cada 15 minutos en televisión por casi año y medio.
Y de hecho, la probabilidad de "quemarse" demasiado temprano es reconocida en secreto por algunos de los aspirantes a cargos de elección popular que han decicido retrasar un poco más su ofensiva política.
No lo duden. Muchos de los que se han montado primero en el carro de la política a toda velocidad, comenzarán a sufrir los primeros desperfectos a medio camino.