Cinco años después de la invasión estadounidense de Afganistán, la OTAN ha extendido sus operaciónes militares a todo el país, que vive la peor ola de violencia de los últimos tiempos y con el resurgir de los talibanes.
La OTAN, que asumió por mandato de la ONU la misión Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) el 9 de agosto de 2003 con unos 4, 500 efectivos restringidos al área de Kabul, se extendió ayer al este del país, con lo que pasó a controlar todo el territorio y a disponer de 32, 000 soldados.
Para ello no fue necesario reclutar nuevas fuerzas -un proceso siempre complicado dentro de la OTAN-, ya que unos 12, 600 soldados de la operación antiterrorista "Libertad Duradera" liderada por EE.UU. pasaron a estar bajo mando de la ISAF mediante un sencillo cambio de insignias.