El presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., el republicano Dennis Hastert, dijo que no renunciará a su cargo, pese a aceptar su responsabilidad por el manejo de un escándalo sexual en las filas de su partido.
Bajo presión incluso de algunos republicanos que piden su cabeza, Hastert aceptó su responsabilidad por el manejo del llamado "Caso Foley", que ha desatado una tormenta política en el Capitolio.
Mark Foley, un católico homosexual de 52 años, presuntamente intercambió mensajes electrónicos de alto contenido sexual con adolescentes que trabajaban en el Congreso como mensajeros.