En este mensaje al Corazón le decimos que si quiere ser feliz debe orar. Orar es alabar a Dios, darle gracias, pedirle con fe, es escucharlo. El Señor tiene tanto que decirnos. Y la oración es fundamental para que usted sienta poder en el Espíritu y paz en su alma.
Dedíquese a la oración personal todos los días. Honrar al Señor implica darle un tiempo de calidad, para entablar un diálogo de amor con el que es el dueño de su vida. Y no es cuestión de sentimentalismo sino de intensa devoción y esto abarca concentración en el Misterio Amoroso de nuestro Dios. Contemplar de manera sencilla pero profunda su Corazón de Padre y saber que todo nuestro ser está abarcado por su misericordia. Escuchar su mensaje que da fortaleza y serenidad y abandonarse en sus brazos misericordiosos.
Quiero referirme ahora a una de las más bellas oraciones, la de alabanza. En ella, al contemplar la belleza del corazón de Dios, la persona no puede menos que alabar de manera espontánea, poética, la grandeza de sus atributos infinitos, como su sabiduría, su poder, su misericordia y amor, y repetirle que Él es grande, hermoso, radiante, todopoderoso, Padre paciente y providente.
Alabamos a Dios cuando recordamos sus obras y le damos gracias. Y es que Él ha hecho tanto por nosotros. Ha creado el mundo de la nada, nos ha dado la vida, nos ama, nos perdona, nos santifica, nos redime y al morir, nos resucita, nos glorifica y nos diviniza, sin perder nuestra condición de criaturas. Nos llama hijos y lo somos. Nos ama en Cristo, como ama a su propio Hijo. Es bueno ver como en la Palabra, por ejemplo en los salmos, se recuerda los milagros pasados, las grandes proezas hechas por el Señor al pueblo de Israel. Cómo los liberó de Egipto, los congregó como pueblo elegido, les suscitó profetas, reyes, los protegió y les prometió la salvación. Y así, como el salmista, al cantar las glorias del Señor fortalece la esperanza y el amor del creyente, la memoria histórica suya, contemplando todo lo que Dios ha hecho con usted, con nosotros y lo que nos tiene preparado, todo esto lo fortalece más a usted aViva, Crítica en Líneando su fe y agilizando su paso hacia el Reino. Realmente ser conscientes de la herencia prometida, de lo que nos espera en el cielo, es un motivo más que suficiente para darle gracias y alabarlo. Recuerde que con Dios somos ¡INVENCIBLES