Dos días después de las elecciones afganas, la Comisión Electoral (CE) informó ayer de la muerte de 11 de sus miembros a manos de talibanes, quienes también cortaron los dedos de dos votantes en Kandahar (sur) en una jornada en que, según la UE, la participación de la mujer fue muy limitada.
"Hemos sabido que once trabajadores de la CE (...) murieron por ataques brutales de atacantes desconocidos en un intento deliberado de los enemigos de la paz", término con el que el Gobierno alude a los insurgentes, informó ayer la Comisión en un comunicado.
Los talibanes, que habían llamado al boicot de los comicios, amenazaron con más violencia para desestabilizar el proceso electoral, que los insurgentes consideraron pura "propaganda" estadounidense.