Hace muchísimos años, cuando estaba niño, me quedaba hasta altas horas de la anoche esperando que llegara mi papá con algo que realmente me fascinaba. No era McDonald’s, ni juguetes, ni nada por el estilo. Se trataba de un producto netamente panameño que me fascina. Cierto día, llevó unos que no sabían igual, y yo, en tono de disgusto, le dije: "estos bollos no son los que trae siempre". "Descubriste el secreto. Es que los mejores bollos son los de Pacora", me aclaró.
Ahora que he crecido y escuchado a un centenar de gente repetir esta frase, quise constatar por qué dicen que éstos son los mejores bollos del mundo. Nunca imaginé que me iba a encontrar con "Los Bollos Internacionales".
¡QUE SORPRESON!
Al llegar al pintoresco pueblo de Pacora, en el sector Este de Panamá, nos pudimos dar cuenta que en todas las casas productoras de esta comida típica que visitamos tenían contactos para mandar sus productos al exterior.
"Enviamos bollos a Estados Unidos, Colombia, República Dominicana, Costa Rica y otros países", nos dijo Yessica Zequeira, asociada de una de las casas productoras.
En esta casa en particular, donde la "presidenta del grupo" es la señora Eva, tiene hasta un gerente comercial. El mismo se encarga de buscar el maíz y lo más importante: los clientes.
En estos momentos estamos en temporada de maíz nuevo y por ende encontramos estos bollos a granel. Pero lo raro es que en Pacora siempre se hacen éstos... ¿Por qué será? La respuesta nos vino de inmediato: en Pacora, a unos cuarenta minutos de la ciudad de Panamá, siempre hay maíz nuevo. Raro, pero muy cierto.
La mayoría de los negocios son familiares, pero hay otros que son asociaciones. Este es el caso de la Mariela Guerrero, quien ha contratado a 10 personas.
Mariela, con 14 años en el negocio, nos contó que esta miniempresa la heredó de su madre, quien falleció hace años y le enseñó el arte.
¿Y CUAL ES EL SECRETO?
Los que han tenido el placer de saborear estos bollos de maíz nuevo se habrán preguntado lo mismo, y no dudé en cuestionar a las señoras que nos atendieron. Ellas a una sola voz nos dijeron: "El secreto está en las manos pacoreñas y el amor que le imprimimos al trabajo".
Sólo como ejemplo en la casa de la familia Guerrero hacen 600 bollos por día. El costo de uno es de 50 entavos, lo que significa que hacen 300 dólares al día. A esto hay que restarles los 130 dólares que usan en ingredientes.
Por otro lado encontramos a la familia Mejía, quien envía sus bollos nada más y nada menos que a los legisladores de la nación y a los seminaristas del Seminario Mayor San José.