Silbidos de desaprobación fue la calificación con que la afición portuguesa premió los esfuerzos en el debut en la Copa de Alemania de su equipo nacional. Portugal se impuso 1x0 a un rudimentario equipo de Angola. Esto es preocupante si le agregamos la anterior noticia de que su entrenador, el brasileño Felipao Scolari había calificado de payasada una reciente práctica de su escuadra.
¿Dónde están aquellos aguerridos jugadores que ganaran, perdieran o empataran dejaban el alma en el cuadro y la satisfacción reinando en las gradas? Esta generación de futbolistas arrastra una deuda con su afición pues en el mundial del 2002, regresaron a casa en las primeras de cambio. Como anfitriones de la pasada Eurocopa, en la final fueron sometidos ante unos voluntariosos griegos.
Todo un país esperaba un mejor resultado ante el equipo de Angola, la antigua colonia, hoy convertida en país independiente y con ribetes de mundialista de copa FIFA. Si a esto le agregamos que la propia federación portuguesa ayudó a formar al equipo rival, suministrando nombres de futbolistas nacidos en Angola y que dejaron ese territorio por cuestiones de una guerra civil ya finalizada, la actuación de Figo y sus compañeros es más preocupante
En el partido que se celebró en el Rhein Energie Stadium de Colonia, ante 45,000 espectadores, destacó una avivada de Figo a los 4 minutos que se internó rápidamente en el corazón del área rival, y centrara atrás para que Pauleta anotara rápidamente el único gol de la noche. La ilusión recorrió el estadio en forma de olas y alegría.
Si por ganas fueran Angola debió ganar o siquiera empatar el segundo encuentro del grupo D. Portugal queda en el segundo lugar de la tabla de posiciones igualado en puntos, pero aventajado en diferencia de gol por México que tiene +2.
Del equipo africano se puede decir que si juegan con tantas ganas y siguen golpeando desde lejos la Teamgeist con la misma fuerza y un poco más de precisión pueden conseguir mayores satisfacciones.
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