Con 15 minutos finales de gran nivel, México se impuso ayer, en Nürnberg, a la formación de Irán, 3-1, comenzando con un triunfo merecido su pasaje por el Grupo “”D” del Mundial’2006.
A los 10’, Irán comenzó a inclinar el juego a su favor. En un avance claro, Vahid Hashemian envió un remate de cabeza, que Osvaldo Sánchez logra desviar con una estirada forzosa.
Sin embargo, a los 27’, México anotó su primer gol, por acción de Omar Bravo Tordecillas, delantero del Guadalajara. Pavel Pardo tomó el cobro de una falta, desde la franja derecha del ataque. El argentino naturalizado azteca, Guillermo Luis Franco, que juega en el Villarreal de España, peinó el balón, y Bravo, sin que alguien se lo impidiera, cabeceó a puerta vacía, convirtiendo el tanto de apertura.
Apenas ocho minutos más tarde, Irán cobró desde la derecha, un tiro de esquina. El guardián Osvaldo Javier Sánchez no consiguió despejar el primer remate de Irán, y la pelota quedó suelta dentro del área menor, .donde la tocó Yahya Golmohammadi, defensa del Saba Battery Teheran, para convertir la igualdad.
Tras la tregua del tiempo inicial, el técnico argentino Ricardo LaVolpe hizo bajar al terreno a Luis Ernesto Pérez y al brasileño naturalizado Antonio Naelson Matias “Zinha” (que se convertiria en una de los mejors futbolistas del campo), por Gerardo Torrado y “Guille” Franco, buscando más flexibilidad en la zona de enganche y mayor penetración, pero apenas cuatro minutos más tarde, se vio forzado a agotar los cambios, al pedir Jared Francisco Borgetti, por lesión, su reemplazo. José Francisco “Kikín” Fonseca, del Cruz Azul, ocupó el puesto que quedó vacante.
Fue a los 76’ que “Zinha”, robó un esférico mal devuelto por Rahman Rezaei y se lo dio a Bravo, que, ante el portero Ebrahím Mirzapour, también impreciso, aumentó con disparo corto, seco, bajo, al poste de mano izquierda del guardián.
Y a los 79’ otra vez “Zinha”, diminuto e inesperado, imparable e imprevisible, brasileño al fin, puso el tercero para México, rematando de cabeza el centro que Mario Méndez le servió desde la derecha.