La victoria es lo más rescatable de México en el encuentro ante Irán. El holgado marcador de 3-1 tal vez no refleja lo cerrado del compromiso disputado en la ciudad alemana de Nuremberg.
El encuentro arrancó con un Irán que dejó claro desde el inicio que iba a buscar el partido, a proponerlo en cancha mexicana y temprano puso en evidencia en varias ocasiones a la defensa azteca.
Alí Karimi envió un buen pase al hueco para el jugador del Hamburgo, Mehdi Mahdavikia, pero éste mandó su disparo por encima de la portería de Oswaldo Sánchez. Fue el primer aviso del juego.
En lo sucesivo, llegó otra oportunidad para los iraníes por intermedio del delantero del Hannover 96, Vahid Hashemian, quien conectó un frentazo picado que Oswaldo Sánchez envió a un lado de su portería.
Parecía que México iba a ser arrollado por un conjunto asiático que hacía bien las cosas y daba la sensación que iban mejor en ataque que los mexicanos, hasta que llegó el gol de Omar Bravo.
Pero 8 minutos después el zaguero Yahya Golmohammadi empató para Irán ante la duda de Sánchez para salir.
El 1-1 no dejaba nada claro para los mexicanos, porque Irán, hasta transcurrida la primera hora de partido, se había mostrado como un equipo peligroso.
LaVolpe ganó con el ingreso principalmente de Zinha en la segunda parte. También entraron Luis Pérez y Francisco Fonseca, este último de poco aporte ofensivo.
El remate del partido sería nefasto para los iraníes y glorioso para el "Tri". Zinha fue el principal protagonista: primero sirvió un lindo pase a Bravo para el 2-1 y luego él mismo creó una jugada y buscó el centro para cabecear a la malla el 3-1 final.
México de esta manera ratificó su condición de favorito del partido.
La conclusión es que el resultado no refleja lo expresado en la cancha durante los 90 minutos y si bien México remató bien el compromiso, tendrá que afinar bastante para su próximo duelo con Angola.