Zico, seleccionador de Japón, y el holandés Guus Hiddink, técnico de Australia, ilustran un duelo con sabor a final, por cuanto el ganador será el que dispute la segunda plaza del grupo F con Croacia si Brasil confirma su condición de gran favorito.
A Zico le han bautizado "Kamisama", que significa "el señor Dios". Es, indudablemente, una de las grandes figuras de la historia del fútbol brasileño -jugó en los Mundiales de 1978, 1982 y 1986- y ahora quiere hacer algo de relumbrón con un conjunto japonés que ya advirtió de sus pretensiones en el amistoso contra Alemania, en el que llegó a gozar de un 0-2 a favor.
El adiestrador de Japón espera mejora la actuación del mundial pasado.