Se ha dicho por allí que Panamá es un país chiquito, pero bellaco. Y esto es cierto en algunas cosas. Por ejemplo, el asesinato del presidente que más poder ha tenido en sus manos. Luego de numerosos espectáculos dignos de un circo, todo quedó en nada.
Cincuenta y dos años han pasado de la muerte del coronel José A. Remón Cantera. Nada se sabe de su asesino ni de los que planearon este crimen.
�Tremenda bellaquería es está!, �no creen?
Remón llegó al poder en unas elecciones "democráticas" en los años de la llamada "patria boba".
La Policía había estado influyendo en los gobiernos politiqueros de la primera mitad del siglo pasado.
El fenómeno del caudillismo del Dr. Arnulfo Arias hizo temblar los intereses de los policías, quienes disfrutaban de negociados como los derivados de la isla penal de Coiba.
Remón logra reunir a ciertos políticos y consigue el poder por los votos.
Allí se dio el fenómeno del control absoluto del gobierno. El llamado "chichi" por sus amigos tenía en sus manos el control de la Policía y también del llamado poder civil.
Poco a poco fue reduciendo cualquier oposición, ya sea ofreciendo puestos en el extranjero a los contrarios, o amargándoles la vida con persecuciones.
Se llenó de gloria al lograr un nuevo tratado con los Estados Unidos. "La frase "ni millones ni limosna, queremos justicia" representó los anhelos de muchos panameños ante la soberanía del Canal.
Al terminar su período se daba por descontado que volvería a ganar las elecciones. Al menos, eso se creía...
Pero por debajo estaba la conspiración. Fuerzas que nunca fueron identificadas planearon su asesinato.
Hasta que ese 2 de enero de 1955 en el antiguo Hipódromo Juan Franco alguien lo ametralló junto con sus amigos, mientras celebraban el triunfo de un caballo.
Entonces ocurrió en Panamá todo un espectáculo, donde la Justicia tuvo la peor parte. Llegaron a juzgar primero al supuesto "autor intelectual" que al criminal.
Su primer vicepresidente Ing. José Guizado fue a la cárcel y se le destruyó su vida política y social.
La audiencia del abogado Rubén O. Miró fue un "show". Por eso salió absuelto. Total... el misterio cubrió el asesinato del poderoso presidente en Panamá (nos ganamos a Estados Unidos con el de Kennedy).