La casa está confeccionada con madera del área y aún están allí todos los recuerdos del general como la cama en donde dormía, las sillas, los muebles y hasta la vajilla en la que comía, sin dejar de mencionar las fotos que se tomaba y en las que aparecía compartiendo con niños, jóvenes y adultos de Coclecito.
Lo que es casi un santuario para los campesinos de Coclecito, se ha convertido en un museo visitado por turistas que desean conocer la historia del general y su interés por el pueblo de Coclecito, un lugar apartado que actualmente tiene gran importancia turística, histórica y hasta industrial por la presencia de una minera en el lugar.
Cuentan los campesinos que el general empezó a habitar su nueva casa un mes de febrero cuando celebraba su cumpleaños, se trataba de su sueño, una casita en Coclesito, alejado del bullicio y de la contaminación de la ciudad.
Además la casa cuenta con cocina, baño, terraza, sala, comedor, sala de espera y en cada pasillo se pueden observar cuadros con fotografías de aquella época en la que el general dirigía el país.