La Navidad y Año Nuevo es oscura para muchas familias humildes de Veraguas, en estos días cuando son momentos de convivio familiar y se pone a la mesa algo para comer entre los componentes del hogar, sin embargo, se conoce que no hay nada para brindar, producto de la miseria humana en que viven cientos de personas en este sector del país.
Emérita de Mendoza opina que hay otra cara de la moneda la que para otros es de abundancia y derroche, sin que se mire al vecino que sufre por no tener un poquito en estas fechas, en el que el mundo entero se celebra el nacimiento del Niño Jesús y la llegada de un nuevo año.
Lo poco entendible, a criterio de Mendoza, es que cómo se puede continuar viviendo en una sociedad en el que el poder económico domina casi todo y en el que quien mayor fuerza tiene acaba al más débil, mientras que la justicia masacrada ya no tiene soporte para quien tiene la razón, es así como se ven a niños sin juguetes en Navidad, sin comer y hasta sin poder soñar que algún día llegará esta fecha y el Año Nuevo.
Esta madre señala que lo más triste es que, de seguro, con el ambiente político actual para unas próximas elecciones en el que los aspirantes a gobernar el país se malgastan millones de balboas en las campañas, no recuerdan a los niños humildes como los que viven en la comunidad de El Barrero, El Rodeo, Los Toretos de Soná, los de la comarca Ngobe Buglé, Guázaro, Belén, Calovébora, Río Luis, Guabal, Santa Bárbara del distrito de Santa Fe y otras comunidades en el que los niños jamás han visto en sus manos un juguete.
Los niños sin juguetes, también con hambre y otros enfermos, es allá donde se deberían volcar las iniciativas para acabar con la pobreza que cada vez se marca en rojo en este país, que según Emérita de Mendoza, todavía no ha escuchado planteamientos algunos de los aspirantes a la silla presidencial que contenga programas enmarcados en erradicar el hambre, como flagelos social, y de ayuda permanente a los niños que sufren enfermedades crónicas o con discapacidad.
En tanto, son miles de personas las que siguen viviendo sin esperanzas de tener una mejor Navidad o un nuevo año lleno de alegría, sí, porque aún sus casas siguen siendo frágiles estructuras, construidas con pencas de Palma Real, hojas de Matillo, el piso lleno de lodo, ingiriendo agua contaminada, que cada día afecta más a su salud.