El Ministerio de Obras Públicas destinó este año cerca de 190 millones de balboas para inversiones, parte de ese dinero se destina a las labores de mantenimiento de la red vial.
Sin embargo, varios de los trabajos que desarrollan las empresas contratadas por el MOP han resultado un fiasco.
Después de incomodar a la población durante semanas por las demoras en los trabajos de rehabilitación, al cabo de algunas semanas se observan los mismos huecos, rajaduras y baches que supuestamente se repararon.
El dinero que pagan los contribuyentes no puede caer en un barril sin fondo. El Ministerio de Obras Públicas y la Contraloría deben cumplir su labor de fiscalización de esos trabajos y no pagar una obra si está no se hace bajo los parámetros del contrato.
Así mismo existe una responsabilidad por parte de las compañías constructora. Las autoridades deben exigir responsabilidades, porque estamos frente a hechos de estafa al Estado.
No puede ser que se le coloque capa asfáltica a una carretera y al cabo de unas cuantas semanas el material -casi como un chicle- desaparece y las vías vuelven a su estado de deterioro.
¿Dónde están los funcionarios que deben inspeccionar esas obras?. ¿Qué dicen los gremios empresariales sobre ese tipo de acciones en los que se birla al Fisco?.
Para el 2007, el MOP tendrá un presupuesto de B/.273 millones, esperamos que el ministro Benjamín Colamarco y el contralor Dani Kuzniecky, designen un equipo que vigile permanentemente las obras que contrata el Estado, para evitar hechos como los que se vienen dando con la rehabilitación de las carreteras.