Parecería haberle llegado la hora a las empresas de distribución eléctrica.
Luego de la decepción causada por el último aumento de la energía eléctrica, a pesar del anuncio del gobierno de que esta bajaría 10%, la nueva administración de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos ha puesto su lupa sobre ellas y exigirá mayor calidad en los servicios que reciben más de 700 mil clientes.
La nueva política del Ing. Dennis Moreno es clara: cumplirá fielmente el rol de fiscalización, por lo cual ha puesto en operación su primer plan de acción contra estas compañías que no cuentan con la mejor imagen en la sociedad.
En el primer día de inspección a las empresas, la ASEP se encontró con irregularidades en la atención. Las largas filas y las demoras son la tónica en la mayoría de las agencias de atención visitadas.
La nueva dinámica de la institución será plausible, siempre y cuando no se convierta en una cortina de humo y sea un accionar constante, pues el consumidor espera que no desmayen en los operativos que ha puesto en corredera en las compañías eléctricas.
Los nuevos retos no son sólo medir calidad del tiempo de atención. Se advirtió de auditorías completas en los procesos de facturación, tanto en la medición como en el tiempo de entrega de los recibos, además de la pronta implementación del procedimiento de fraude. Con esta medida, se acabará el hecho de que la empresa sean juez y parte, al menos así lo hizo saber la autoridad.
Ojalá se cumplan todas estas promesas. El pueblo quiere a un fiscalizador de su lado. Quiere alguien que los defienda de los "tiburones" del mercado eléctrico, donde los peces chicos han sido los clientes por muchos años.