El tanque de reserva de agua potable de la comunidad de Toza, en el distrito de Natá, requiere una nueva construcción debido a un avanzado deterioro luego de 30 años de utilidad a la población.
La obra con una capacidad de 5 mil galones, presenta rajaduras por donde se desperdicia el agua en medio de una zona seca, cuya distancia de procedencia del vital líquido, está a unos cuatro o cinco kilómetros sobre una elevación rocosa y que costó a los moradores, no solo esfuerzo humano, sino económico.
"En cualquier momento, este tanque se puede abrir del todo y vamos a quedar sin agua potable", comentó Diógenes González, uno de los moradores. Los miembros del Comité del Acueducto manifiestan que no han recibido atención de las autoridades gubernamentales o del representante de corregimiento.