La remodelación del Hospital Santo Tomás es una obra digna de orgullo para todos los panameños, y extranjeros, que hacemos uso de las modernas instalaciones que conforman el nuevo concepto arquitectónico, y utilitario, del referido nosocomio. Puntos para usted, señora Presidenta.
Y aunque advertimos que hay algunos aspectos en la construcción que todavía no han sido superados, hay un detalle que, además de saltar a la vista como una irregularidad, al mismo tiempo constituye un abuso no sólo para los pacientes y sus familiares que asisten a esta casa de salud, sino también, y más quizá, cuando afecta al personal médico que allí labora.
Días atrás, apoyando a un amigo, tuve necesidad de entrar al área, y sudé como un caballo tratando de encontrar un lugar donde estacionar mi destartalado. Después de mucho esfuerzo, y mucho sudor, al fin me estacioné, enterándome más tarde, por los corrillos, que en uno de los edificios existen 3 pisos de estacionamiento - que no está anunciado por ningún lado - pero tenía un costo - cáiganse pa' tras - de ¡Un dólar la hora! para los particulares y, previo la firma de un contrato, para los médicos el costo era de treinta dólares al mes.
Señora Presidenta, de aquí al 1 de septiembre faltan tres meses, tiempo suficiente para que usted corrija esa impopular medida, ya que la misma, aunque tiene visos de una eventual privatización del referido complejo hospitalario, el cobro anticipado de un dólar la hora - y treinta al mes - es exorbitantemente superior a lo cobrado por la empresa privada dedicada exclusivamente a esos negocios. Así que, por favor señora, cambie el paso que esto no es rumba ni cumbia... es bolero que se baila suave y con gusto.