Ver la vida transcurrir entre barrotes es una de las adversidades más grandes a las que se puede enfrentar el ser humano, pero peor aún es llevar la condena cuando se padece una enfermedad crónica y no se cuenta con los recursos económicos, la libertad y el afecto de los seres queridos para hacerla menos dolorosa.
Este es el caso de Javier, un hombre de 48 años de edad, quien purga 20 años por homicidio, de los cuales ya cumplió 9 años.
A "Percha", como le llaman sus compañeros de celda, hace 2 años en una revisión rutinaria le detectaron cáncer de próstata. Desde el día en que el urólogo le dio la noticia, su vida no ha sido fácil.
Con él nos tropezamos durante un recorrido por La Joya y La Joyita. Esa tarde, ambas cárceles estaban abarrotadas de personas que esperaban, un tanto desesperadas, la orden del guardia para entrar al patio trasero del correccional, sitio de reunión -cada semana- de los detenidos con sus familiares.
Ya hace siete años que a Javier, prisionero de confianza, nadie lo visita. �l nos confío que estuvo casado y que tiene dos hijos: Marta, de 22 años, y Jorge de 19. Con rostro afligido, reconoce que al principio la falta del afecto familiar lo deprimió, pero que hoy ha logrado, gracias a los consejos de sus compañeros de prisión, superar ese vacío.
A medida que conversábamos con Javier, descubrimos las cosas a las que ha tenido que enfrentar como la pérdida de más de 15 libras, la caída parcial del cabello, a causa del cáncer degenerativo que padece, enfermedad que si no es tratada a tiempo, avanza de forma agresiva.
Pese a su padecimiento y a su dramática historia, Javier no ha perdido el deseo de vivir. Se levanta a las 5:30 a.m. al igual que otros seis reos de confianza, para continuar con los trabajos de afinamiento del moderno centro de salud con capacidad hospitalaria que se construye a unos cuantos metros de La Joya y La Joyita, el cual será de uso exclusivo para la población que alberga estos penitenciarios.
La estructura financiada por la comunidad Europea y el gobierno panameño, se encuentra actualmente en la fase de equipamiento que incluye un sistema de telemedicina y otro de teleradiología, así como la instalación de una planta de tratamiento de aguas servidas.
A diferencia de otros centros de salud, éste se mantendrá abierto las 24 horas y contará con 60 camas, sala de guardia, dos ambulancias, dos salones para intervenciones de cirugía menor, farmacia, rayos X y una sala de hospitalización para los enfermos de VIH-SIDA, tuberculosis, entre otras enfermedades infectocontagiosas.
La viceministra de Salud, Dora Jara, explicó que los reos que sean trasladados al Hospital Santo Tomás (HST) por requerir intervenciones quirúrgicas complejas, regresarán al centro de salud del penal, donde el personal médico seguirá el proceso de recuperación que incluirá la dieta hospitalaria establecida por el especialista.
Aseguró que con la telemedicina van a disminuir los traslados innecesarios de las cárceles al HST, ya que con este sistema el médico del centro de salud se podrá comunicar a través de un videoteléfono con el equipo de especialistas de este nosocomio y el Oncológico. Igualmente, esto ocurrirá con la teleradiología, que facilita el envío directo de radiografías a hospitales de tercer nivel.
Las dos clínicas que actualmente ofrecen el servicio de salud a los 5 mil 654 reclusos en La Joya y La Joyita no desaparecerán una vez se inaugure el centro de salud, aseguró Jara, quien subrayó que " estas clínicas servirán como filtro, para el traslado de los reclusos al centro de salud con cama".
Adelantó que se está capacitando a uno de los galenos, que se encargará de atender a los pacientes de VIH- SIDA, que actualmente reciben tratamiento en el HST. "Los exámenes de carga viral y CD4 y el suministro de la triple terapia se harán en este centro, a fin de evitar complicaciones en los pacientes de enfermedades crónicas y degenerativas".
El subcomisionado de la Policía Nacional, Raúl Mora, recordó que cuando se registran reyertas y los enfermos crónicos desmejoran, son trasladados en patrullas al HST o al hospital de Pacora, cuando la ambulancia está en el taller, por lo que contar con un centro de salud en los predios de La Joya y La Joyita será de gran alivio para los privados de libertad.
Por su parte, la ingeniera Olga Romero, subjefa del departamento de Biomédica del MINSA, enfatizó que la obra en la que se harán análisis de laboratorio clínico, se trazó con todos los estándares de bioseguridad, para resguardar la vida del paciente y del personal que ofrecerá el servicio.
La sostenibilidad de esta estructura de salud, que contará en el futuro con un área de terapia ocupacional y psiquiatría, estará a cargo del MINSA que aportará el recurso humano especializado y el Ministerio de Gobierno y Justicia ( MGJ) que se encargará de la parte administrativa. El proyecto será inaugurado por el mandatario Martín Torrijos antes de concluir el 2007.
