Unos hermosos dientes son una excelente carta de presentación. Tus niños deben aprender esto desde temprana edad.
No es lo mismo sonreír y mostrar dientes blancos y parejos que presentar una boca con dientes desalineados y cariados.
Créanlo o no, como se vean los dientes de una persona, así mismo se ve afectada su autoestima.
Vayamos al principio. No hay que esperar a que aparezcan los dientes permanentes para ocuparse de la higiene oral. Los buenos hábitos se adquieren en la niñez.
La madre debe limpiar con un pañito o un algodón humedecido los dientecitos del bebé. Muy suavemente, con mucho cuidado. En algunos lugares se venden pañitos o gasas especiales para esto.
También debe evitar que el bebé permanezca con el biberón en la boca por horas y horas mientras duerme, ya que esto propicia que las bacterias hagan fiesta en sus dientecitos.
Para evitar las caries dentales y el mal aliento, al niño pequeño hay que acostumbrarlo desde temprano a lavarse los dientes al levantarse, después de cada comida y antes de dormir. Es importante que aprenda a hacerlo correctamente y que se cepille también la lengua donde también se acumulan bacterias.
TOMEN NOTA
Otros consejos para las madres incluyen:
- Tener presente que si el cepillo de dientes está con las cerdas gastadas, aunque parezca nuevo hay que reemplazarlo. Es recomendable cambiar el cepillo dental cada seis semanas.
- Evitar que el niño se coma la pasta dental (que debe tener flúor).
- Recuerda que al inculcar al niño el hábito del cepillado correcto además de ayudarlo a prevenir caries, le evita deformaciones de la mandíbula.
- Saber que la buena alimentación es factor clave en el cuidado de los dientes. Incluir en la dieta alimentos ricos en calcio es fundamental.
- Que para motivar al niño a adquirir el hábito de cuidar su dentadura apropiadamente, los padres pueden cepillarse frente a él. También ayuda comprarle cepillos con figuras de sus cómicas o muñecos favoritos.