Quienes observaron la tercera gala del Reto de trovadores el pasado viernes, aún se preguntan qué le pasó a la mayoría de los participantes, quienes en ocasiones cambiaban los pies forzados, y, en otras, hasta lo olvidaban. Eso es imperdonable, pues desde principio se dijo que los concursantes ofrecerían un buen show. Claro, no podemos dejar de mencionar que trovadores como: María Marín, Ariel González y Alexis Ballesteros, pusieron a los presentes a aplaudir y gritar en el Complejo Deportivo Urracá de la ciudad de Santiago.
Pero no podemos pasar por alto el hecho de que la gala no fue la mejor, y no por parte de la producción, sino de los participantes, quienes en todo momento demostraron que aún no dominan el escenario. Y qué decir de las rimas en cada verso, en donde los participantes, con algo de disimulo, se tiraban sus indirectas bien directas. Aunque no podemos decir que al público le desagrada, pues esa es la gracia de la trovadera.
El caballito de acero (Daniel Arcia) se volvió un caballito de mar, pues quedó completamente desarmado en el momento que olvidó el pie forzado en una de sus interpretaciones.
Fue lo mismo que le pasó a Eder Samudio (El poeta de la mesa de San Martín), a quien se le escapó un improperio cuando olvidó lo que debía decir.
Luego que los trovadores cantaran algunos versos en diferentes torrentes, los miembros del jurado calificador integrados por José Augusto Broce, Salustiano Mojica y Luis Herrera, emitieron sus juicios, los que favorecieron a unos, pero a otros no tanto.
Y el momento de eliminar a unos de los sentenciados llegó, y fue así como a través de las llamadas quedó fuera de la competición Eder Samudio, que lloraba más que un niño con hambre, pero eso permitió que Rubiel González, que cantó con todo y varicela, se salvara.
Como siempre, hay sentenciados y esta ocasión lo están: Moisés Reyes (El prospecto del oeste) y Daniel Arcia (El caballito de acero).
La próxima gala será en Fucer.