"El que no la debe, no la teme". Esta debe ser la premisa de todo ser humano, pero más de aquellos que tienen que rendirle cuentas a un conglomerado que exige respuestas claras de sus acciones.
Hay gente que desearía volver a nacer. No para ser diferentes, sino para pedirle a Dios que los enviara al mundo como un ser humano tipo crustáceo; es decir, como una especie de ser artrópodo dotado de respiración branquial y cubierto generalmente de un caparazón duro o flexible. Así son los cangrejos, por ejemplo.
No es broma. Hay personas que se escudan de las acusaciones escondiéndose debajo de las mesas o evadiendo su responsabilidad pública. Esto ocurre mucho con nuestras autoridades, no importa su jerarquía.
Su escondite secreto es el caparazón que piden prestado de las tortugas. �Por qué tanto misterio? �Por qué no revelar los secretos? �Será que ocultan alguna acción que los vincule a actos deshonestos? La respuesta la tienen ellos mismos, pero -para cualquier que sepa sumar- sabrá que 2 más 2 siempre será cuatro; esto quiere decir que si una persona calla en cierta forma otorga. No es la norma, pero la mayoría de las veces funciona así.
�Qué es la verdad? Según el diccionario académico es la conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. Usted dirá, �de esto huye la gente? Desafortunadamente hay ciudadanos que no creen en la verdad. No creen que las cosas deban ser claras. No creen que al pueblo se les deba hablar claramente y muchos piensan que a su alrededor existe un pueblo sabio que reclama su derecho a saber.
Si es usted de las personas que corre o se esconde de la verdad y piensa que así ganará mucho, sepa que tarde o temprano, como dice Dios en su palabra, ésta se destapará y saldrá a la luz.