Karla Santamaría tiene 28 años y pasa el 60% del tiempo frente al espejo. Asegura que las arrugas le han llegado de gratis y se ve más vieja que otras mujeres a su edad. Pasa de una persona a otra haciendo las mismas preguntas �Cómo me ves?, �Me veo bien? �Crees que mi nariz es grande? Sus defectos son imaginarias, pero ella no lo ve así.
Las pequeñas imperfecciones de su rostro casi invisibles, la atormentan. Como ella, existen muchas personas que no se sienten conformes aún luciendo bien.
Sus preocupaciones al ser excesivas e imaginarias son síntomas que tiene un problema sicológico serio. Miedo a la fealdad sería el término común y corriente, sin embargo, dentro de la psicología se conoce trastorno dismórfico corporal o dismorfobia.
El psicólogo José Eloy Hurtado asegura que este desequilibrio es muy parecido a la anorexia, vigorexia o bulimia. Los afectados se muestran como personas que se preocupan en exceso o se sienten inconformes con su apariencia física y facial. Los síntomas al estar ocultos son casi imperceptibles, sin embargo, esta preocupación se convierte patológica cuando alcanza límites irracionales.
INCONFORMIDADES
Los afectados por este desequilibrio se preocupan en exceso por su rostro, comienzan entonces con una visita a un dermatólogo, luego, si tienen suficiente dinero, se van para un cirujano plástico, en un intento por corregir lo que consideran sus defectos físico, pero nunca quedan conformes con los resultados.
El caso de Michael Jackson es un ejemplo claro, según este especialista. A él le preocupa tanto su aspecto físico, que ha ido de cirugía en cirugía hasta alcanzar su estado actual. La nariz perfilada, el pómulo levantado y el color blanco de su piel. Aún así, puede sentirse que no es lo suficientemente blanco o no tiene la nariz perfecta.
HOMBRES Y MUJER INSATISFECHOS
Al igual que en la anorexia o vigorexia no hay síntomas claramente visibles. Hurtado afirma que los adolescentes son los más propensos a sufrir de dismorfobia, aunque no excluye que adultos también pueden padecerla.
Muchas personas desconocen que existiera esta patología, sin embargo puede ser peligrosa porque afecta tanto el entorno laboral como familiar de los afectados, incluso, las personas tienden a aislarse, y en algunas ocasiones puede caer en la depresión.
Y no hay límites en cuanto al sexo, el porcentaje de hombres insatisfecho va en aumento, aunque las preocupaciones físicas de ellos, son el cabello, la nariz, sus genitales y la cantidad de masa muscular. La solución para este mal es la terapia sicológico o inclusive siquiatrica, y la familia es de suma importancia para evitar que las personas crucen entre la vanidad y la muerte.
EJEMPLOS CLAROS
La mayoría de los casos conocidos se observan entre las grandes estrellas, ya que la obsesión por cambiar con frecuencia de apariencia a punta de cirugía es muy común en Hollywood.
La cantante Cher es uno de los casos más crónicos para que se pueda entender la dismorfobia. Esta cantante se ha practicado cerca de 40 cirugías para mantener un aspecto juvenil. Al igual que ella, argentina Sabrina Sabrok, que lleva nueve intervenciones, con el fin es que sus pectorales figuren en el libro de Guiness como los más grandes del mundo.
