El gobierno de Cuba autorizó las ventas en comercios que ofrecen su mercadería en dólares, con un aumento promedio de un 15,4 por ciento en los precios, incluidos los de algunos artículos de la canasta básica.
La Habana culpó de estas medidas al endurecimiento del embargo de Estados Unidos.
El Departamento de Estado presentó un paquete de iniciativas para reforzar las sanciones al régimen comunista de la isla, como limitaciones las remesas y más control a quienes comercien con Cuba.