Tenemos el deber ineludible, en nuestra condición de periodista y relacionista independiente, de congratular a todos los ciudadanos panameños que organizaron y participaron en las elecciones para escoger a los nuevos gobernantes de la nación.
Se ha respetado la voluntad popular expresada en las urnas y tenemos la esperanza de que los istmeños hayan escogido a los ciudadanos idóneos, honestos, con sensibilidad social y visual de estadistas que demanda la República en el Siglo XXI.
La opinión pública nacional exige a los gobernantes del Estado, (integrantes de los �rganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial así como a los miembros de los gobiernos municipales), la justa distribución de las riquezas que proporciona nuestra República, eliminando los vicios, las injusticias, la corrupción, la violencia criminal y delictiva que realizan nacionales y extranjeros, la impunidad, el tráfico de drogas, armas y otros rublos, el lavado de dinero, los fueros y privilegios, que corroen la estructura democrática, republicana y cristiana del país.
Hay diversos problemas socioeconómicos y políticos que golpean diariamente a la población del Istmo y que a todas luces parecen ser eternas, entre ellos: la escasez y ausencia de agua potable, un pésimo y humillante transporte colectivo, el elevado costo de la canasta básica de alimentos, los salarios, pensiones y jubilaciones paupérrimas, el no pago de indemnizaciones, a pesar del anuncio estatal presidencial de que se haría, a los cientos de asegurados, beneficiarios y familiares que fueron víctimas y afectados (sobrevivientes) del jarabe sin azúcar con el veneno dietinelglicol; la construcción y reparación oportuna de planteles educativos, el suministro a los mismos del equipo, mobiliario y útiles escolares; erradicar las constantes violaciones a la Constitución Nacional, Código de Trabajo y leyes de carácter social.
Elevamos oración de nuestro Dios para que ilumine a los nuevos gobernantes de nuestro Panamá en sus funciones. �Panameños, estamos hoy ante el reto de la historia!