No es sencillo conseguir un equilibrio entre la paternidad y el romance. Los primeros años de los niños suelen ser los más complicados.
Para que los niños no le ganen la partida al romance es necesario: Priorizar la pareja, esto incluye estar pendiente tanto de la pareja como del infante.
Nada de televisión: Esos minutos libres se pueden aprovechar para pasarla bien en pareja, conversando sobre las hazañas del día.
Recuerden, un beso o una caricia inesperada siempre viene bien.