Ahora que acaba de entrar en vigencia en la ciudad capital, San Miguelito y Colón un toque de queda para menores de edad, bien cabe recordar la responsabilidad que todos los que son padres deben tener en conocer los movimientos de sus hijos cuando están fuera de casa.
Es cierto, no hay que asfixiar a los hijos con excesiva disciplina y con castigos exagerados, pero tampoco podemos irnos al otro extremo, y dejar que entren y salgan de casa a cualquier hora sin ninguna explicación o justificación.
Hoy día las calles de nuestro país están llenas de tentaciones y peligros. En un momento un muchacho puede estar viendo una película tranquilamente con sus amigos, y 15 minutos más tarde puede quedar envuelto en una regata de autos con otros "pacieros" y quedar estrellado y herido de gravedad.
También puede estar involucrándose con amistades peligrosas, que antes de tiempo lo pueden estar introduciendo en el mundo del cigarrillo y el alcohol, o peor aún, de las drogas ilegales.
Pero como ninguno de nosotros puede estar siguiendo a sus hijos las 24 horas del día ni monitorearlo con cámaras ocultas, lo más importante es utilizar bien el tiempo que contamos para estar junto con ellos.
Y esto se aprovecha inculcándole valores y principios morales fundamentales, con enseñanzas prácticas, y siempre adviertiéndole sobre las consecuencias de nuestros actos.
Siempre hay que advertirles que lo que realmente vale la pena en la vida es duro de conseguir, y toma tiempo; mientras que lo fácil llega, fácil se va.
Sólo enseñándoles el valor de la honestidad, y la importancia de decir "no" a las malas influencias, podremos como padres sentirnos seguros de que nuestros hijos tendrán los elementos de criterio suficientes para no andar en malos pasos.
