Es precisamente en los días de carnaval cuando se observa todo tipo de indecencia en las avenidas, principalmente la imagen de hombres, pero más que nada de mujeres que al parecer no tienen pudor porque se atreven a mostrar más de lo que realmente deben.
Mucha gente relaciona el tema de la imagen personal con algo superficial o externo, con estar pendientes de la ropa o la moda. Sin embargo, la imagen personal es mucho más que eso y abarca un exterior que se ve, pero también un interior invisible en sí mismo pero muy visible a través de la imagen que reciben las personas que los rodean.
La persona que nos ve por primera vez, nos percibe con un amplio porcentaje de una imagen visual, en la que entra en juego el atuendo, aspecto general, lenguaje corporal, y aseo, en otras palabras la presencia.
Y es que, el error de muchas personas es querer aparentar algo que no son, dejándose llevar por la corriente de la moda, la que siempre se ha dicho no le va a todo el mundo.
Ahora, teniendo en cuenta la manera como llegamos a los demás, la imagen que ellos reciben hace la diferencia para muchas situaciones. Cuando alguien tiene que elegir entre varias personas con capacidades similares en su trabajo u otro aspecto, la diferencia la hace la persona que lo ofrece.
No deje que en estas fiestas más de cuatro hablen de usted porque un día se embriagó y perdió la cordura, mejor trate de gozar sanamente el día de farra que queda sin dar de que hablar a los demás.
Desde ya comience a cuidar su imagen, porque quizás más adelante esos momentos en los que la descuidó, le puedan marcar la vida para siempre.
Cuide la imagen que desea proyectar, porque no se trata de hacer el ridículo; la personalidad e imagen es algo que se puede trabajar, creando un estilo propio.
