El panameño se ve en la obligación de sacarle provecho a toda fiesta que se avecine y es común que en carnavales algunos se organicen y pongan sus puestos de venta a lo largo de la ruta del desfile.
Este año no fue la excepción y al parecer el cambio de ruta ha beneficiado a ciertos vendedores que han encontrado bastante aceptables sus ganancias hasta la fecha.