Con la llegada del verano, también se intensifica la quema de herbazales en lotes baldíos, cuyo peligro afecta directamente a la comunidad y medio ambiente.
Los bomberos se preparan para sofocar estos incendios, que por su frecuencia, los mantienen en alerta ante el llamado de urgencia.
Según el teniente Julio Ambulo, vocero de Relaciones Públicas de los camisas rojas, en el año 2003 se registraron 1776 incendios en herbazales y en este año unos 789, lo que indica que la ciudadanía ha tomado conciencia sobre el problema.
Ambulo afirmó que los corregimientos de Juan Díaz y Tocumen, áreas a lo largo de las vías Ricardo J. Alfaro y Transístmica, y el distrito de San Miguelito, son las zonas más propensas para que ocurran estas quemas, ya hay gran cantidad de lotes baldíos.
Las razones de estos incendios pueden ser muchas, sin embargo, en la mayoría de los casos, la mano del hombre tiene responsabilidad directa.
Ambulo confirmó que algunas personas, por querer ahorrar unos centavos en la limpieza de los lotes, prefieren recurrir a la quema, antes de pagar a un machetero por el trabajo.
Otro de los posibles motivos de este tipo de incendio son los altos niveles de calor que puede provocar la combustión espontánea en el matorral.
Ante cualquier eventualidad, el relacionista público, reiteró el compromiso de los "camisas rojas" de sofocar las quemas, sin embargo, pidió a los moradores denunciar a los panameños que de forma intencionada provocan estas situación de emergencia.
Este problema no sólo se da en la ciudad capital, también en el interior del país como adelanto para preparar el terreno para la siembra, todo ello, a pesar de la capacitación que se les ha brindado a los campesinos.
Para evitar situaciones de riesgo, se les ha recomendado efectuar quemas controladas, ya que sus efectos negativos son menos dañinos a la naturaleza y entorno comunitario.
Ante casos de emergencias por las quemas, los bomberos mantienen una brigada especial para controlar estos incendios. Asimismo cuentan con camiones tanqueros con una capacidad de almacenaje de 2,500 a 3,000 galones de agua, para aquellas áreas donde se presenten el incendio y haya dificultad en la dotación del vital líquido.