Son ya 38 años los que suma Marcelino Vega de estar moliendo caña en un trapiche y cuya producción es vendida entre viejos y nuevos clientes que gustan del jugo de caña.
El trapiche tiene su historia, nos dice Marcelino. El suyo lo compró en el interior del país a un señor, el cual se lo vendió en B/.450.00; aunque el preció actual de uno similar podría ser de B/800.00.
La piezas del trapiche necesitan ser engrasadas y darle uso durante el año; por ello durante los meses de verano lo instala en las cercanías de un jardín de baile en el corregimiento de El Coco y lo desarma para la época de invierno; en donde al día se sacan siete latas de jugo.
Asegura que conseguir la caña no es mayor problema, ya que él mismo la siembra en terrenos de su propiedad, ubicados en el sector de Potrero Grande.
Las ganancias son para el sostén de la familia y afirmó que con el paso de los años las fuerzas no son las mismas y ha necesitado de ayuda de la familia para continuar la tradición.
Alega que desde hace 38 años acude a instalar su trapiche en los terrenos de la feria y sin importar el sitio que le asignen el local siempre está lleno de clientes en donde se vende a 25 centavos el vaso y B/1.00 la botella, y que el preció no ha variado desde que comenzó a moler caña hace 30 años.