Ya pasada la euforia de la visita del mandatario George Bush a Panamá surgen ahora las versiones sobre el verdadero interés de esa estadía de 20 horas en nuestro país.
Estados Unidos quiere tener una participación activa en los trabajos para ampliar el Canal de Panamá con la construcción del Tercer Juego de Esclusas.
Desde que Philippe Bunau-Varilla logró en 1903 que el mandatario norteamericano Theodore Roosevelt comprará en 40 millones de dólares a los franceses, las acciones de la quebrada Compañía Universal del Canal Interoceánico, Estados Unidos ha estado ligado a la actividad de la vía acuática.
Además durante el proceso de negociación de los Tratados Torrijos-Carter, los norteamericanos siempre hicieron énfasis en tener esa primera opción en participar en cualquier ampliación futura.
Por años, Estados Unidos a través del Cuerpo de Ingenieros del Ejército realizó una serie de estudios relativos a la modernización del Canal y deben contar con información privilegiada, al momento de participar en cualquiera licitación al respecto.
Sin duda que esa será la mayor licitación en la historia de Panamá y por ende debe desarrollarse con la mayor transparencia, para evitar que surjan acusaciones como las que se dieron al momento de la concesión de los puertos de Cristóbal y Balboa.
Es mejor prevenir que lamentar y por eso se deben tomar medidas que aseguren una licitación, donde la mejor propuesta sea la seleccionada y así el país se evitaría las acusaciones tradicionales que siempre surgen cuando hay envuelto billones de dólares en un acto público de esa naturaleza.