Vamos a retomar nuestra política orientada a entregar un buen servicio, vamos revisar todos los buses, vamos a realizar operativos, vamos a quitar licencias, vamos a quitar cupos, vamos a acabar con los pavos, vamos a quitar bocinas y quipos de música, vamos a ser más severos, vamos a ver qué pasó, etc.. ¿Cuántas veces usted ha escuchado de las autoridades (de cualquier período) decir "vamos"? De seguro, un millón de veces.
Estamos de acuerdo. Este y otros gobiernos se burlan de los humildes quedándoles mal. Dicen que harán cosas, después de una tragedia, y al final no hacen ni pío.
Hay panameños que lamentablemente se burlan de los demás. Ellos nos les interesa con la vida de los humildes. Sus discursos son inhumanos y casi irónicos porque de seguro, mientras hablan lo que alguien les escribió bonito, están pensando en que no ayudarán ni un carajo. Sus miradas se pierden en medio de tanta palabrería como si estuvieran hablando a indios que no entienden español.
El panameño pobre y humilde de corazón sufre cada vez que se le muere un ser querido, pero se siente terrible cuando se les hiere en lo más profundo del corazón con promesas que nunca llegan a cumplirse.
Todos los días tiene que subirse alguien al Puente de las Américas porque una autoridad prometió algo y no cumplió. Una burla más.
En este país del relajo se crean comisiones estúpidas que nunca llegan a nada. ¿Cómo le llamamos a esto? ¡Burla!, con qué otro nombre podremos llamarle.
Si usted practica un discurso falso, por su bien le recomendamos cambiar, porque tarde o temprano esos humildes de los que se burló serán enaltecidos por la mano de Dios y usted y los que se burlaron serán humillados. No es desearle mal. Eso lo dijo Jesús cuando estuvo en medio de nosotros. Si no me crees, entonces busque su Biblia e investigue.
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