La empresa española Rasfer Internacional, la compañía que envió a Panamá los 9, 000 galones de dietilenglicol en vez de glicerina pura para la fabricación de medicamentos en los laboratorios de la Caja de Seguro Social (CSS), se declaró en quiebra en Barcelona.
Todo indica que la medida busca evitar las demandas millonarias promovidas por la empresa Medicom, la CSS y los familiares de los pacientes que murieron por consumir medicamentos contaminados con ese refrigerante.
El caso del envenenamiento masivo de panameños que consumieron jarabes producidos por la Caja de Seguro Social ha sido la peor tragedia que ha registrado el país en el sector Salud. Se presentaron 792 denuncias, pero el Estado sólo reconoce la muerte de 116 pacientes a causa del Síndrome de Insuficiencia Renal Aguda.
Fue un negociado mortal, donde un grupo de panameños fue en busca de remedio para una enfermedad y le recetaron la muerte. Compañías de China Continental, España y Panamá, así como funcionarios que no cumplieron con sus obligaciones, dieron paso a ese envenenamiento masivo.
Una compañía local que no tenía ni fondos para adquirir la materia prima que le vendía al Seguro Social y que sólo obtenía ingresos de otras empresas a través de la figura del factoring, fue la suplidora en octubre de 2003 del dietilenglicol, en vez de la glicerina para preparar medicamentos que se le había solicitado. Rasfer Internacional fue la que envió el producto y a su vez la compañía española la adquirió en China.
La quiebra de Rasfer es una forma de esquivar responsabilidades, pero aún así las autoridades panameñas deben hacer los esfuerzos necesarios para tratar de exigir que se indemnice a los afectados.