Para los residentes de Quije la vida es muy difícil. Se sienten olvidados por los gobiernos, casi son un pueblo fantasma. No hay luz ni empleo y, lo que es peor, no cuentan con agua potable. Esto causa enfermedades en los pobladores.
Quije pertenece a Natá. Es un pueblito con unas 450 personas, aproximadamente. No cuentan con acueducto rural. Pero lo más preocupante, es que muchos de los campesinos creen estar tomando agua de calidad.
Para otros la situación es peor. Ellos sí saben que el agua no está bien tratada, porque aunque llega por gravedad, a través de tubos a las residencias, ésta proviene de los ríos, quebradas o pozos y sin ningún tratamiento.
ENFERMEDADES
Muchos niños se enferman a cada rato con dolores estomacales, vómitos y diarreas. Es posible que sea el agua que consumen. Para los residentes de Quije el problema es que Salud no les ha indicado cómo se debe clorar el agua adecuadamente y no los visitan para ver estos problemas.
El agua llega a estas casas de la misma manera que llega el agua a los sembradíos de los productores del Patronato de Nutrición, que tiene una granja en Quije, lo que indica que el agua no es la más adecuada.
Aseguran que ellos no pueden hacer nada más y que toman el agua que les llega a sus casas a través de los tubos, pero que en realidad desconocen si hay un verdadero acueducto rural que cumpla con las especificaciones de salud.
MAESTROS SON AFECTADOS
Los maestros igual se abastecen de esta agua, algunos la prevén, otros ya se han acostumbrado por los años que tienen de vivir en la comunidad. Lo cierto es que el acueducto que poseen no es el adecuado, porque no tienen quién realmente lo administre y vierta al agua el cloro necesario para evitar parásitos o amebas.
OLVIDADOS
Los campesinos de Quije aseguran que ninguna autoridad los visita, sólo los miembros del Patronato de Nutrición que supervisa la Granja, para apoyar a la comunidad y combatir la desnutrición.