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Corbata

Por: Milcíades Ortíz Jr. | Catedrático

C omo en otros países subdesarrollados, en Panamá los delincuentes llamados de "cuello y corbata" no van a la cárcel. No importa lo malo que hayan cometido. Esos personajes con dinero y apellido, buscarán la fórmula para no pagar con sus huesos en la cárcel.

La manera más sencilla es irse a Estados Unidos u otro país donde no los alcance el brazo de la ley panameña, que por cierto es pequeño y delgaducho.

Otra forma más arriesgada es quedarse en Panamá con su "cara de piedra", y buscarse abogados habilidosos que impidan que pague su estafa o hurto con pena de prisión.

Algunos sostienen que como se trata casi siempre de delitos relacionados con el dinero, el asunto no es para tanto. Realmente quienes piensen así son unos cínicos y sinvergüenzas.

Quien haya visto llorar a un hombre -comerciante- que perdió todo el dinero luego de años de trabajo, no podrá aceptar esta "viveza".

El que hace quebrar un banco, financiera o un negocio con triquiñuelas y chanchullos, es tan maleante como quien se mete por la madrugada y se roba una casa o comercio.

Ya se ha dicho que en Panamá el crimen sí paga, sobre todo si se comete por millones. Es un chiste cruel aquello que "si te robas un dólar, eres un maleante, y si robas un millón, te conviertes en empresario con mala suerte".

Cuando la justicia falla estamos en peligro de caer en eso de "hacerse justicia con sus propias manos".

Cualquier día de estos una persona que ha perdido los ahorros de toda su vida o su capital de trabajo, le hará caer el peso de su dolor en la misma cabeza del maleante de cuello y corbata.

Al ocurrir esto, estaremos entrando en la llamada "ley del más fuerte", por culpa de un sistema judicial que permite a los delincuentes ricachones salirse con la suya.

Allí están los casos del Banco DISA, Banaico, The Providence, Fotokina, Grupo Adelag y otros. A pesar del daño que hicieron a la economía del país y a los honestos inversionistas, ¿cuántos de estos bellacos están en la cárcel?

Basta ya de paños tibios con estos maleantes adinerados. ¡Nada de país por cárcel, casa por cárcel, medidas cautelares, penas de multas!

¡A la reja con estos y otros sinvergüenzas que se llevaron millones, dejando estafados a miles de panameños que confiaron en ellos!

Si no hay justicia para todos, no debe haber para ninguno...



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