¡Mmm! El olor dulce del almíbar de jugosas pulpas fructíferas sacude los sentidos y activan la imaginación.
Naranjas, mangos, piñas, nance, mandarinas, melones, entre otros regalos de la madre naturaleza exhibidas en los supermercados y en galerías frutales invitan a darles mordidas de placer.
El señor Pedro Pablo Quirós, un campesino de las montañas de Coclé, viaja todos los días desde su campito para traer a la ciudad capital jugosas naranjas para venderlas en el Mercado de Abastos. Edgardo Alonso, chiricano, le hace la competencia.
Bajo grandes carpas y en pequeños kioscos dentro del mercado ubicado en Ancón, se cobijan las frutas, que sueltan un olor característico que ha inspirado a ciudadanos corrientes y a creadores de fragancias de todo el mundo.
Pedro Pablo, un viejito de unos 70 y tantos años, ágil y dispuesto, bajo la lluvia o el sol, promueve el producto con orgullo: "Estas naranjas son muy sabrosas. Se usan para todo: chichas, jugos, ensaladas... allá donde nosotros la usamos más en chichas, pero acá en la ciudad la gente le da otros usos... hasta dulces de naranjas hacen".
¿Y el costo?
Varía entre 3.00, 3.50 y 4.00 dólares el ciento. Ahora como estamos lejos de la temporada de cosecha, se vende hasta en 5.00 dólares.
La naranja panameña tiene su inicio de cosecha en noviembre y se termina como a finales de junio, lo que indica, según los cálculos, que muy pronto los árboles de ese fruto estarán desvestidos sin los gajos verdes y amarillos.
Otro de los frutos maduritos para esta temporada son las piñas que con sus grandes coronas y cáscara almidonada se estrujan en montones para ofrecerse a la vista e invitar al paladar.
En cualquier tienda de productos agrícolas, estos frutos están despidiendo olores dulces que hacen agua la boca del que está cerca.
Individualmente se venden hasta 3 por un balboa. Se cultivan en Chiriquí, Coclé, Veraguas en cantidades de exportación.
Sobre el mango, ¿quién no ha probado la pulpa suave y dulce con sabor, en algunos casos, a la hoja del mismo árbol?
En los campos y en viviendas con patio amplio, el árbol de mango es un plantío casi obligatorio, cuyos frutos alfombran los suelos. En los patios de Playa Leona, se pierden a montones los mangos de diferentes sabores, y la gente del pueblo vende los sacos con cantidades incontables a B/1.00; mientras que en la ciudad capital este producto es carísimo. En los supermercados llegan a costar hasta un dólar la unidad.
Sea cual sea la fruta, el periodo de cosecha se está terminando y es por ello que el valor está un poco elevado en los mercados.
Ahorita está comenzando la temporada de nance. La botella se consigue a B/1.50, pero luego cuando la cosecha esté en firme usted puede comprarlo a 75 centésimos.
CONSERVACION
Según los hombres del campo, esos frutos hay que guardarlos en frío para evitar que se pudran. En clima ambiental pueden permanecer una semana si no están muy maduras, pero no es recomendable guardarlas por varios días, porque algunas se fermentan y se hace imposible saborearlas.