El profesor Gabriel Herrera estudió en este instituto, entre los años del 67 al 69, cuando era director José Antonio Altamar. Recuerda que en aquella época imperaba la disciplina, la devoción al estudio, un ordenamiento total, diferente en algunas facetas a estos tiempos. Años después volvió, pero como profesor, siempre que pasa por esos viejos pasillos y salones de ladrillos siente añoranzas de aquellos viejos tiempos.
Cómo le gustaría que volvieran esos tiempos, y más tristeza le da cuando ve que el colegio paulatinamente va decayendo, siente temor de que un día le llegue la noticia de que por falta de matrícula o presupuesto se tenga que cerrar.
�Cuál sería la solución para que esto no llegue a esos términos? El interés de los Gobiernos presentes y futuros de crear nuevos proyectos educativos y de incrementar los presupuestos de sostenimiento del instituto.
De aquellos tiempos, solo quedan libros, memorias, un viejo edificio y un árbol de Panamá que aseguran que tiene más de doscientos años, esos son los fieles testigos de los momentos de gloria que vivió el Instituto de Artes Mecánicas.