Las grasas suplen a nuestro cuerpo de energía. Especialmente para los infantes y niños hasta los 2 años, ya que en este periodo se tiene la mayor necesidad energética por kilogramo de peso comparado con cualquier otro grupo de edad.
Son parte de la estructura de la membrana celular.
Ayudan a funcionar debidamente metabolismos y sistemas claves en nuestro cuerpo.
También contribuyen a la absorción de nutrientes y vitaminas tales como las A, D, E, K y carotinoides.
Las grasas como ingrediente en la preparación de alimentos proveen sabor, consistencia, estabilidad y aportan a un mayor valor de saciedad (sentirnos llenos).
¿TODAS LAS GRASAS SON MALAS?
La respuesta es NO. De hecho, ciertos tipos de grasa juegan un papel importante en la salud.
Las nuevas guías de dietas recomiendan que el consumo total de grasas sea entre 20 a 35 % de las calorías totales.
Por ejemplo, una persona que requiera 2000 calorías diarias debería consumir entre 44 y 77 gramos de grasa al día.
La mayor parte de las grasas diarias deben provenir de fuentes polidesaturadas y monodesaturadas como: el pescado, nueces, aceites vegetales, aguacate, etc.