La licitación de los duty free en el aeropuerto de Tocumen ha generado un extraordinario ingreso para la administración del terminal aéreo internacional.
Durante los 10 años de concesión, el Estado recibirá un poco más de 173 millones de balboas por la operación de los locales de venta de perfumes, licores y cigarrillos a los pasajeros que utilizan las instalaciones de Tocumen.
Lo sucedido revela que no hay mejor ejercicio para velar por los intereses del Estado que las licitaciones desarrolladas de manera transparente. La competencia honesta es saludable y con esa práctica sale beneficiado el Tesoro Nacional.
Igual procedimiento de licitación se debió utilizar para la construcción del tramo de la autopista Madden-Colón y no permitir que una empresa que incumplió por años su contrato, lo traspasara unilateralmente a otra compañía brasileña, con las consabidas objeciones que dicho proyecto ha levantado en varios sectores de la sociedad.
No hay duda que los locales comerciales establecidos en el aeropuerto de Tocumen representan casi un mercado cautivo. Las ventas anuales de los duty free casi alcanzan los 40 millones de balboas. Es decir en la década de la concesión, los beneficiarios habrán captado ingresos brutos por más del doble de lo que tendrán que pagarle al Estado.
Panamá con su Zona Libre de Colón puede ofrecer a los viajeros que compran en los duty free, productos a muy bajos precios, que en otros países se venden al doble o al triple de lo que cuestan en el área comercial del aeropuerto de Tocumen.
Ahora corresponde que parte de esos ingresos extraordinarios que ha generado la licitación se utilicen en mejorar las instalaciones del aeropuerto, que es una de las primeras imágenes que observan los turistas al llegar a Panamá.