Los secuestros constituyen una amenaza para el sistema democrático, advirtieron ayer miembros de los estamentos de seguridad de Panamá, Colombia y Estados Unidos.
Jaime Jacomé, Director de la Policía Técnica Judicial, reconoció que el secuestro "es un delito de los más graves, no solamente se priva de la libertad a la persona sino que se le somete a crueles amenazas y torturas. Además afecta la tranquilidad, psiquis de la familia, el patrimonio trabajado con esfuerzo y sacrificio y aún cuando se logre resolver de una manera feliz deja secuelas permanentes en ambas partes".
Jacomé recordó con tristeza que un tío de su esposa fue secuestrado hace nueve años en la ciudad de Bucaramanga, en Colombia, nunca apareció, y se conoció después la lamentable noticia de que falleció.
Mientras tanto, David G. Wattley, agregado jurídico de la Embajada de Estados Unidos y miembro del FBI, señaló que el secuestro, amenaza a la persona con la muerte, angustia a sus familiares y puede azotar a un país, indicó Wattley.