La gira hemisférica que realiza la vice ministra de Exteriores de Panamá, Nivia Roxana Castrellón, ha demostrado el creciente apoyo latinoamericano hacia la propuesta de una sede permanente del Área de Libre Comercio de las Américas, fuera de los Estados Unidos.
El posible apoyo de Brasil, México, Uruguay y Venezuela a la candidatura panameña significaría un duro réves a la política exterior norteamericana, debido al aislamiento de Washington y sus actividades intervencionistas en la región.
Pero lo que realmente molesta son las enormes desventajas económicas, laborales y migratorias de una sede permanente en Miami, Florida.
Miami, aunque ofrece una entrada factible al mercado latinoamericano, se ha convertido en una puerta blindada a la inmigración latinoamericana y tampoco permite que profesionales y comerciantes obtengan los mismos derechos de inversiones en EU.
¿Podrá un profesional latinoamericano tener los mismos derechos de trabajar en EU, sin evitar el tedioso problema del visado?
Igual los subsidios agrícolas de EU son un dilema que generarán el voto de rechazo a Miami de parte de las principales potencias latinoamericanas.