Diez años después de los compromisos adoptados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para mejorar la vida de los más pobres del planeta, 884 millones de personas siguen viviendo sin acceso al agua potable y 2,600 millones no cuentan con los servicios mínimos de saneamiento.
Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF sostiene que, a pesar de esas cifras, los avances en el ámbito del agua son ciertamente alentadores, con un 87% de la población mundial que bebe y utiliza agua apta para el consumo.
En cambio, la situación es decepcionante en cuanto al alcance de servicios higiénicos básicos (capaces de evitar el contacto de los humanos con desechos fecales), con un 39% de habitantes del mundo que no tiene acceso a ellos.
La directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neyra, explicó que la diferencia en el progreso alcanzado en ambos ámbitos se debe, entre otros factores, a "razones culturales y a la falta de inversión, así como de colaboración entre los distintos sectores públicos involucrados".
"Tiene que haber un cambio cultural para que el saneamiento se vuelva una necesidad tan clara y tan obvia como lo es el acceso al agua potable", agregó.
Según los resultados del informe, el mundo alcanzará el Objetivo de Desarrollo del Milenio relativo a recortar a la mitad el número de personas sin acceso al agua potable para 2015, pero fracasará en un objetivo similar que se había trazado en cuanto a servicios de saneamiento.
INFORME:
1,5 millones niños menores de cinco años mueren anualmente, debido al uso del agua no potable y a las prácticas insalubres.