La periodista italiana Giuliana Sgrena, herida por disparos norteamericanos tras su liberación en Bagdad, declaró a los jueces encargados de la investigación que la velocidad del vehículo en que viajaban no justificaba el ataque.
"Nuestro vehículo viajaba a una velocidad normal que no debía causar malentendidos", añadió la periodista, contradiciendo la tesis del ejército de EU, que alegó que la velocidad del auto fue la causa principal del ataque, ya que pudo ser un atentado suicida.
"No era un puesto de control, sino una patrulla que disparó contra nosotros justo después de iluminarnos con un faro", precisaron Sgrena y el agente de los servicios secretos italianos herido.