El suizo Roger Federer admitió ayer tras caer ante el británico Andy Murray en las semifinales de Madrid que había sido una "derrota frustrante", pero avisó que se siente con confianza para recuperar el número uno, porque a Rafael Nadal le espera un infierno el próximo año y demasiados perseguidores. "Es una derrota bastante frustrante, porque creo que podía haber hecho algo más aquí, pero la semana ha estado bien en general", dijo Federer.