El debate del proyecto de ley sobre cierre.jpg y salud reproductiva mantiene enfrentados a voceros del gobierno con lo más ortodoxo de la religión católica y evangélica.
La propuesta es compleja por sus componentes sociales, psicológicos, sexuales, morales y hasta económicos. La polémica que surge alrededor de este tema no es nueva. Es un capítulo traumático que se registra desde 1999, cuando se conformó la Comisión Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, mediante Decreto Ejecutivo.
El proyecto entra en el escenario nacional en momentos donde los expertos aseguran que el país atraviesa por una "transición demográfica" y una progresiva migración del campo a la ciudad por la situación de pobreza.
Hasta julio de 2007, la población nacional asciende a 3.3 millones de personas, donde la distribución en grandes grupos de edad muestra que los menores de 15 años representan el 45% de la población; el grupo de 15 a 64 años de edad, el 50.4%; y los mayores de 65 años, constituyen el 7.2%
En síntesis, el proyecto propondría controles de la natalidad, descendencia, cantidad de hijos e intervalos de nacimiento, además de ampliar el marco para la viabilizar los procesos de esterilización.
El debate está al rojo vivo y el Comité Ecuménico de Panamá afirmó que, tanto el Ministerio de Educación como el Ministerio de Salud, intentan hacer de "bomberos" justificando el proyecto desde situaciones disfuncionales como infecciones sexuales, Sida y embarazo precoz.
Para la Asociación de Enfermeras, es importante enfatizar en el proyecto que sólo el aborto terapéutico es el que está regulado por la Comisión de Salud Sexual, por lo que las leyes panameñas prohíben el aborto.