Un desempleado brasileño, insatisfecho con la intención de su esposa de divorciarse, asesinó a la mujer y la emparedó en el sótano del edificio en el que vivían en un suburbio de Río de Janeiro, informaron fuentes policiales.
El crimen ocurrió el pasado lunes y sólo fue descubierto ayer, cuando, al ser interrogado por la policía sobre la misteriosa desaparición de su esposa, el administrador de empresas Reinaldo da Silva, de 42 años, terminó confesando el homicidio y señaló el lugar en el que escondió el cuerpo.
La policía tuvo que destruir una pared construida cuidadosamente en el sótano de un edificio residencial para encontrar el cuerpo de Mariza Gonzalves da Silva, de 36 años y propietaria de una agencia de turismo en Río de Janeiro.
El homicida relató que, tras fracasar en su intento de convencer a la esposa de que desistiera de la idea de divorciarse y tras una acalorada discusión, la golpeó con un pedazo de madera y la estranguló.
Dijo igualmente que como era el administrador del edificio en que vivían y conocía los horarios tanto de sus vecinos como de los empleados, no tuvo problemas para, en un momento en que no había nadie en la edificación, llevar el cuerpo hasta el sótano y emparedarlo.
"En muchos años de profesión, nueva vi un asesinato en que el marido empareda el cuerpo de la esposa y regresa a casa como si nunca hubiera ocurrido", afirmó el comisario José de Freitas, responsable por la investigación, en declaraciones aparecidas hoy en la prensa local.