Los panameños no entienden que es cortés abstenerse de bostezar en presencia de otros, sobre todo con personas a las que se debe respeto, ya que es señal de que nos aburre su presencia o su conversación, o de que se les tienen en poca estima; sin embargo, en caso de necesidad, debe dejarse de hablar, cubrirse la boca con la mano o el pañuelo y ponerse un poco de lado, para no ser visto por los otros al hacerlo; procúrese, sobre todo, al bostezar, no hacer nada que sea inconveniente; no se debe bostezar excesivamente; es muy incorrecto hacerlo con ruido y mucho más el estirarse y erguirse al hacerlo.
Sobre el escupir, no hay que abstenerse de hacerlo. Lo feo es tragarse lo que debe ser escupido, lo cual puede causar asco.
Lo importante es que no hay que tomar la costumbre, sin embargo, de escupir con demasiada frecuencia y sin necesidad, lo que no sólo es muy descortés sino que además repugna e incomoda a todo el mundo. Hay que procurar que esta necesidad ocurra raras veces cuando se está en compañía, especialmente cuando se está con personas a las que se debe respeto.
Cuando se está con personas de calidad o en locales mantenidos limpios, hay que escupir en el propio pañuelo, volviéndose un poco de lado.
Es muy descortés escupir por la ventana, o en el fuego, o sobre los tizones, contra el muro o en cualquier otro lugar en el que no se pueda pisa. También es de mala educación escupir delante de sí en presencia de otros.
Hay que poner mucho cuidado para no escupir sobre los propios vestidos, ni sobre los de los demás: el hacerlo denota una persona sucia o poco cauta.
Existe un defecto no menos considerable y del que debe uno guardarse bien, y es, al hablar, echar saliva sobre la cara de aquellos con quienes se habla.