No interesan las excusas. Un deportista, si se le puede llamar así a alguien, no se debe cansar al jugar sólo 180 segundos, o sea, tres minutos.
Es una lástima que una persona, sea quien sea, se canse tan rápido al practicar cualquier deporte. Esto podría anunciarnos que estamos frente al síndrome de la vejez prematura, una especie de agotamiento que sufren ciertos hombres de edad mediana y que quieren aparentar que están todavía en algo, pero en realidad son como el aceite quemado de los motores: no sirven.
Este tipo de viejos prematuros son fáciles de detectar en nuestra ciudad. �Quieres saber quién es uno de ellos? Toma nota que te voy a dar los datos: Como número uno, debes investigar si en el lugar de trabajo realizan actividades deportivas. Si la investigación sale positiva, el siguiente paso es ir camuflajada a las ligas de fútbol o de bola suave donde participan tus compañeros de trabajo. Te aseguro que te divertirás porque te darás cuenta de muchas cosas, sobre todo harás memoria de las clases de geometría porque verás círculos y rectángulos, es decir, verás desde barrigones hasta canillas "palillos de diente" que poco le falta para que el viento se las lleve.
Lo peor aquí no es que el deportista se canse, el tema delicado es que se trata de ciudadanos que dicen estar en condiciones físicas para jugar más de tres minutos, cuando en realidad no lo están. Además, se conoce de algunos comentarios que estas personas han hecho al asunto de las fajas en las mujeres, pero no se dan que los que necesitan el yeso en la barriguita son ellos mismos.
Ojalá los "tresminuteros", nombre con el cual bautizaremos a esta gente, no se agoten y puedan leer esta columna hasta el final porque queremos recomendarle ejercicio por su salud porque realmente no queremos que sufran un infarto.