Siembra el país, siembra el Estado, siembra la nación; cuando cultiva integralmente en los corazones de su juventud, los cimientos de ciudadanía, patriotismo y sensibilidad humana; y cosecha hombres responsables, preparados, profesionales y investido de los más altos principios y concepciones éticas, morales y espirituales.
Hombres que sabrán ser los guías de los panameños que vendrán, hombres que puedan armonizar los conflictos y situaciones que surgen entre los panameños de los distintos niveles sociales del país porque en valores fueron formados. Porque en la juventud se encierran también los sentimientos más puros de dignidad, de orgullo, brío y valentía en los que se arraiga la voluntad manifiesta por un porvenir mejor.
La juventud es el guardián que atento vigila el horizonte patrio; juventud nacida con ojos abiertos y con corazón idealista, que canaliza las energías en hacer el bien mismo, el bien social y el bien personal de todos. Un ciudadano instruido en el pensamiento, un panameño que va a dar lo mejor de sí, investido de humanidad, sensibilidad y solidaridad, tomará las riendas de su futuro porque será un profesional capacitado, preparado para enfrentar los retos del mercado profesional, empresarial, laboral y técnico. Pero al fin y al cabo es un joven, un niño que debe ser guiado por las personas capacitadas para ello.
La constante supervisión, cabal y responsable de los encargados de la educación oficial, debe estar dirigida a ver a cada estudiante como algo particular y como un producto que el Estado quiere vender o promocionar; y es por ello importante que la educación oficial no solo esté dirigida a formar estudiantes académicamente, sino también a hombres sin resentimientos sociales y con autoestima, y para tales propósitos hay -como Estado y como obligatoriedad de las funciones de los orientadores, los trabajadores sociales, consejeros y todos los funcionarios que laboran en los gabinetes psicopedagógicos- que considerar los entornos sociales y familiares de cada uno de ellos y analizar las fortalezas, las oportunidades, las debilidades y las amenazas de ese estudiante, y en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social y los organismos no gubernamentales, proporcionarles las herramientas o el apoyo para lograr que ese producto sea óptimo.